Todo ser humano desde sus inicios tiende a creer, pero, ¿a qué se debe
esto?
Si nos remontamos al principio de la humanidad, podemos encontrar la
respuesta.
Psicólogos indican que esto se debe a los instintos innatos que posee el
hombre y son heredados hasta nuestros días. Esto justifica, una de las primeras
“religiones” del hombre, la creencia por la naturaleza, quien les daba
alimento, pieles y cobijo. Esto fue evolucionando, hasta dar las múltiples
creencias tan extendidas y arraigadas en casi todos los lugares del mundo.
Incluso el ateísmo es considerado una consecuencia de los instintos primigenios
del hombre.
Estas creencias son distintas y muy variadas (aunque partan de un foco
común). Pasan de creer en un solo Dios, a ser politeístas, ateos o creer en
otra clase de seres sobrenaturales, tales como duendes, hadas, elfos,… para
justificar esos hechos extraños que en el momento carecían de una explicación razonable.

"No veo a Dios aquí arriba"
Se puede decir que “el creer”, es una respuesta al desconocimiento y
también al miedo del hombre. El pensar que no estaban solos, que las cosas no
dependían exclusivamente de ellos, hacía que su fe aumentara a fin de conseguir
una recompensa (lluvia, alimento,...).
También hay estudios que afirman que las personas creyentes se recuperan
más rápido de las enfermedades que las personas que no creen en nada, ya que la
creencia implica optimismo y confianza en que las cosas van a ir a mejor. Este
hecho podría ser también una de las razones por las que el ser humano cree
desde que adquirió mayor inteligencia. De este modo, el ser humano.
También hay que señalar que estudios sobre este tema han constatado que
la mayoría de la población es naturalmente “dualista”, es decir, tienden a
separar cuerpo y alma (mente) y concebirlos de forma distinta.
Por otra parte, la religión o creencia puede ser un paso evolutivo
relacionado con la inteligencia humana frente a otros seres vivos que no tienen
esta capacidad, ya que, cuando estudiamos nuestros antepasados una de las
principales características que se observa es si han desarrollado la facultad
de hacer rituales y creer en hechos sobrenaturales. Del mismo modo, se puede
decir que el paso de creer al no creer es otro signo de evolución debido a que
en sociedades desarrolladas a penas la religión persiste, ya que han
desarrollado otras potentes redes de apoyo social.
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