La
nigromancia, nigromancía, necromancia o necromancía alude a la magia que
implica comunicación con las personas ya fallecidas. Algunos de
vosotros podéis asociar esto a una práctica (o juego para los
valientes) mediante la que se puede entablar contacto con los espíritus
de los difuntos, la ouija.
El
término nigromancia deriva del griego “νεκρομαντεία” o “nekromanteía”, donde
“Nekros” quiere decir “cuerpo muerto” y “manteia” o “μαντεία” hace referencia a
“profecía” o “adivinación”.
La
nigromancia se puede describir entonces como aquel método adivinatorio
o conjuro realizado con el objeto de establecer una
comunicación con los espíritus o muertos para de esta forma influir en
el curso de los acontecimientos o conocer lo que depara el futuro.
Una de
las referencias más antiguas de la nigromancia es en el ámbito literario,
en la Odisea de Homero.
Según
este libro, bajo el dominio de Circe (una poderosa hechicera), Odiseo
viaja al inframundo (katabasis) con el
objeto de obtener una perspectiva sobre su inminente viaje a casa al
elevar los espíritus de los muertos a través de la utilización de hechizos que
Circe le ha enseñado; luego este personaje desea invocar y cuestionar
la sombra de Tiresias en particular; sin embargo, él es incapaz de reunir el
espíritu del vidente sin la ayuda de otros.

Algunos
de los supuestos poderes nigromantes son:
- Mirar a
los ojos de un cadáver y ver reflejado en ellos lo último que contempló antes de morir.
- Llamar
a un fantasma del Inframundo (Invocación).
- Lograr
que un fantasma obedezca sus órdenes durante un tiempo.
- Atar al
fantasma invocado a un lugar determinado o a un objeto.
- Animar mediante una acción la carne de un cadáver.
- Lograr
que un cuerpo muerto se incorpore y realice una función sencilla ("escobas del aprendiz").
- Reanimar
cuerpos aunque de forma lenta y torpe (Zombies).
- Introducir
el alma de un muerto en un cuerpo vivo.
- Robar
almas.
- Ver el
inframundo.
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